La actualidad de este día en España da miedo. El gobierno aparece desbordado por los conflictos derivados del precio de la energía. El mercado de la alimentación roza el colapso, con pérdidas de 600 millones de euros que aumentarán gravemente por el número de empresas y marcas (Calvo, Danone, Heineken) que anuncian cierre temporal. Segundo día con la flota pesquera amarrada. Los estantes de lo supermercados comienzan a vaciarse y las fotos publicadas aumentan la alarma del consumidor e incitan al acopio de productos. La situación es tan inquietante, que el señor Núñez Feijóo ha propuesto movilizar al Ejército. Y los huelguistas del transporte están crecidos porque saben que pueden paralizar el país y cada día son más los que se suman a la protesta. En este ambiente, el diagnóstico lo aportó el ministro de Agricultura y Pesca, don Luis Planas: “o intentamos llegar a acuerdos, o la situación va a ser muy complicada”. Hoy por hoy, los acuerdos son difíciles. Dependen del dinero que haya para subvencionar el gasoil y frenar el gas y la luz y, por supuesto, de la habilidad negociadora del gobierno. Hasta ahora no la hemos podido elogiar. Si me apuran, solo la hemos podido censurar.