Fernando Ónega

Foto: @blueorigin (Twitter)

Lunes 14 de junio de 2021

1 minuto

Una persona que por el momento quiere permanecer en el anonimato ganó la puja para ver la tierra desde muy arriba junto con el magnate Jeff Bezos. Por esa rapidísima visión, solo unos minutos ciertamente maravillosos, va a pagar la cantidad de 28 millones de dólares o de euros, que más da. Posiblemente sea el capricho de una sola persona más caro de la historia, por lo cual hay que felicitar a ese privilegiado ciudadano. Quiso el destino que, al mismo tiempo que se comprometía a pagar ese dineral, se publicasen noticias de que mucho más de medio mundo, es decir unos cinco mil millones de personas –¿qué importan mil millones de almas más o menos, si viven en la miseria?– no disponen de ningún tipo de vacuna contra el coronavirus. Mientras ese señor (o señora) asciende literalmente a los cielos y echa un vistazo al planeta azul, muchos habitantes de la tierra que él podrá ver en toda su hermosura y su grandeza, morirán por falta de un simple medicamento. No quiero introducir en esta cuenta los niños que morirán de hambre y de sed para que no me llaméis demagogo. Desde a allá arriba nada de eso se puede ver.