Opinión

Los costes de la huelga

Fernando Ónega
Fernando Ónega

Viernes 18 de marzo de 2022

2 minutos

 

Los daños a terceros producidos por la huelga del transporte empiezan a ser graves. Decenas de toneladas de pescado esperan en los barcos que llegaron del Gran Sol y otras zonas, con riesgo de pudrirse. Miles y miles de litros de leche tuvieron que ser tirados porque no hubo camiones que los recogieran. Una cantidad difícilmente calculable de productos perecederos no ha conseguido llegar a los puntos de venta. El perjuicio económico al comercio tiene que ser muy importante. Y hay otros daños de difícil medición: la psicosis de desabastecimiento de la que hablamos ayer, la sensación de impunidad con que actúan los piquetes violentos o la inseguridad de las empresas afectadas, muchas de las cuales llevan ya cuatro días paradas o con mínima producción. Importantes conserveras anuncian la suspensión de actividad, víctimas de casi todo: del precio de la luz o de la imposibilidad de llegar a los mercados. El gobierno acusa a la extrema derecha de radicalizar la huelga. No tengo datos para sostener esa tesis. Me limito a dejar constancia de un penoso pensamiento: los beneficios que obtengan los transportistas de la huelga, si obtienen alguno, serán infinitamente más pequeños que los daños producidos. Es una pena.