Señoras y señores miembros de la clase política: tomen nota del Eurobarómetro que ayer se hizo público. Y tú, periodista que escribes este fogonazo, toma nota también: todos estáis perdiendo la confianza de la sociedad. En los partidos, que deciden la vida del país, solo confían el 7% de los ciudadanos. Es decir, casi nadie. Más de la mitad tampoco se fían de los medios informativos. Solo la radio queda por debajo de esa triste media. Y, en cuanto a las profesiones, solo se confía plenamente en el personal sanitario, un premio a sus desvelos en la pandemia. Es un retrato demoledor. Entre todos, pero unos más que otros, y sobre todo los partidos, estamos construyendo una sociedad descreída y desconfiada. Y una sociedad que apenas tiene en quién confiar se vuelve egoísta y sin referentes ni modelos éticos. Y eso supone una crisis de legitimidad, que es la crisis que nos faltaba. El actual ministro Manuel Castells lo escribió así: “Cuando los ciudadanos piensan que el gobierno y las instituciones políticas engañan de manera habitual, todo el mundo se siente con derecho a engañar. En consecuencia, se siembra la semilla de la desintegración institucional”. En ese momento estamos.