Las impresiones de la invasión de Ucrania son cada día más pesimistas, salvo que se produzca el milagro de un acuerdo honroso en las negociaciones que se efectuarán en Bielorrusia. Son pesimistas por lo que dijo Putin: que moviliza las fuerzas de disuasión nuclear. Es decir, que amenaza con utilizar la bomba atómica. No parece una ocurrencia de última hora, porque ya hizo exhibición de poderío nuclear antes de comenzar el ataque. Pero sí parece una reacción histérica al comprobar que la ocupación de Ucrania es más difícil, diríamos que más heroica, de lo que el tirano ruso se imaginaba. Este hombre se ha embarcado en una aventura criminal que necesita ganar con los métodos que sean. Ha demostrado que no tiene sentimientos humanitarios ni escrúpulos éticos. Se ha especializado en manipular la historia para cargarse de razón. Y sus últimas declaraciones son alarmantes: además de la alusión a la disuasión nuclear, empezó a provocar a la OTAN acusándola de “declaraciones agresivas”… Así comienzan las justificaciones de los grandes ataques entre potencias.