Hace unos días expresaba mis dudas sobre el desconfinamiento de las personas mayores. Me las aclaró todas la entrevista de Antonio Castillejo al doctor Juan Manuel Martínez, presidente de CEOMA, en este diario. Por razones de salud, por razones de soledad, por razones de igualdad con el resto de los ciudadanos, los mayores no sólo tienen derecho a salir como todo el mundo, sino que deben ser los primeros en salir. Gracias, doctor, no solo por su defensa de ese derecho, sino por justificarlo desde el punto de vista científico. ¿De dónde habrá salido ese rumor de que serían la gran excepción y se nos mantendría recluidos hasta después del verano o fin de año? Seguro que alguien del gobierno lo pensó y lo dijo, como se dijeron tantas cosas que a las pocas horas hubo que rectificar. Y seguro que no se habló con mala intención, sino porque los mayores y los muy mayores somos población de riesgo. Pues que no se preocupen: si alguien sabe cuidarse, es, con perdón, el viejo. Si alguien es responsable, insisto, con perdón, es el viejo. Y si alguien cumple las normas es ese señor y esa señora que aprecia más que nadie cuánto vale un minuto de vida.