Fernando Ónega

Viernes 14 de febrero de 2020

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Me parece magnífico que haya una nueva ley de Memoria Histórica. Nueva, ampliada y para todos. Elogio la voluntad de la vicepresidenta Calvo de ayudar económicamente para que de una puñetera vez las familias recuperen de las fosas innobles los restos de sus padres o sus abuelos. Aplaudo que se intente dar un destino democrático y con sentido de reconciliación al Valle de los Caídos. Creo que no hay tantos actos de exaltación del franquismo como para llevarlos al Código Penal, aunque bendigo que se tipifique como delito la apología y el ensalzamiento de cualquier dictadura, también de las comunistas. Y solicito respetuosamente al gobierno de mi nación que cuanto tenga que hacer lo haga de una vez y no eternice ni administre por fascículos lo que Joaquim Torra llamó “desfranquización” de España. Porque el desenterrado Franco nunca estuvo más presente en la vida de España que ahora, 45 años después de su defunción.