Opinión

Razón de optimismo

Fernando Ónega
Fernando Ónega

Miércoles 4 de marzo de 2020

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Algún día llegará la normalidad y el coronavirus será un recuerdo lejano. Los científicos se encargarán de que haya medicinas, incluso vacunas, para que sea una enfermedad desterrada. ¿Y saben por qué? Por pura economía. Si hay muchos consumidores de un producto, hay perspectiva de beneficio. En medicina, si hay muchos enfermos, los laboratorios multiplican su eficacia. Son mucho más inútiles ante las enfermedades raras o minoritarias porque hay pocos consumidores y nula rentabilidad. Ayer se comprobó en la pujante empresa Pharmamar: comunicó que en un mes podría tener una vacuna, y pegó un subidón en Bolsa. Enhorabuena. Seguro que su ejemplo estimulará a otros laboratorios del mundo, que verán estimulada su creatividad. No hay nada como muchos clientes potenciales, dispuestos a gastar mucho dinero, para lograr grandes avances. La expectativa de beneficio sigue haciendo lo que decía el sabio: que las ciencias avancen una barbaridad.