Opinión

El resplandor y los silencios

Fernando Ónega
Fernando Ónega

Miércoles 21 de octubre de 2020

1 minuto

 

Hoy el país político cierra las puertas del Salón de Plenos del Congreso y celebra la gran ceremonia: la moción de censura al gobierno Sánchez que presenta Santiago Abascal. Llegaremos a mañana ebrios de palabras y haciéndonos preguntas ya hechas: ¿conseguirá Abascal la primogenitura de la derecha? ¿Saldrá Sánchez con su gobierno más reforzado y su bloque de investidura reconstruido? ¿Surgirá de este debate un nuevo clima crítico hacia la gestión del gobierno? Cuestiones trascendentes, sin duda, pero con alguna objeción: hay que ver cómo los políticos y los periodistas nos excitamos cuando se trata de cuestiones de poder. No hubo ni un lamento porque nadie haya planteado un Pleno para analizar y decidir qué se hace con una epidemia que mató a miles de personas y sigue matando a razón de más de un centenar cada día. Tampoco sobre las empresas que cierran o la perspectiva de otros 300.000 parados antes de fin de año. Tampoco sobre el simple reparto de los fondos europeos. Esas cosas se discuten en despachos cerrados. Hay cosas que afectan gravemente a todos, pero se tratan como asuntos privados. Sin taquígrafos. Y, por supuesto, sin luz.