Opinión

¡Se me caen 100 cabellos cada día!

Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña

Viernes 21 de junio de 2019

2 minutos

Es lo normal, no hay por qué asustarse. Diariamente se nos caen alrededor de esa cantidad, porque nuestro pelo esta en una constante renovación. Cada pelo pasa por tres fases. La de crecimiento, llamada anagen. (En esta situación está aproximadamente el 90 por ciento). Llega un momento en que ese crecimiento se detiene. Es la fase llamada telogen. (Podemos calcular que así está de forma continua un 6 por ciento de nuestro pelo). Y por último nos encontramos con la fase de recambio. Aparece por debajo del anterior un nuevo pelo que empuja al que ya está parado. Cae y el nuevo, que está debajo, inicia su ascensión. En esta etapa, llamada catagen está el resto de nuestro pelo. Por eso es normal que haya una caída permanente, fisiológica, de recambio, que podemos cifrar en esos 100 diarios.

¿Sabia, por ejemplo, que por término medio, tenemos cinco millones de pelos? Y cada uno está implantado en la piel, dentro de una bolsita que se llama folículo. Cada folículo tiene una glándula sebácea que es la encargada de engrasarlo y de darle impermeabilidad.

Esos cinco millones de pelos están desigualmente repartidos. Por ejemplo, en el cuero cabelludo se pueden contar unos cien mil -es decir, que tenemos unos 600 por centímetro cuadrado- mientras que en el dorso de la mano no tenemos más de diez por centímetro de superficie.

El grosor varía de unos a otros y puede ir de 0,6 milímetros a 0,06. Los más gruesos son los más fuertes, como es lógico. Se acepta que crecen alrededor de 0,35 milímetros al día.

La raza amarilla tiene menos pelo que la raza blanca.

Y hay datos muy curiosos: por ejemplo, los revolucionarios cubanos no se dejaron barba como identificación; se la dejaron porque se les acabaron las cuchillas de afeitar. Y el emperador Adriano se dejo barba para distinguirse de otros emperadores.

Y no se preocupe si se le cae el pelo. Acuda a un especialista. Porque el pelo tiene un componente psíquico grande. Y cuanta más preocupación tenga, más se le caerá.