Sociedad

Una mujer escribe en su esquela quiénes pueden ir a su funeral: "Mi familia no es de sangre"

Impone su última voluntad prohibiendo la entrada a los que no estuvieron con ella en vida

Marta Vicente

Jueves 10 de junio de 2021

6 minutos

"Hace mucho que mi familia no es de sangre", así de clara fue en su esquela María Paz Fuentes Fernández, vecina de la localidad de Lugo (Galicia) que falleció el pasado 2 de junio. Antes de morir, la difunta quiso dejar constancia por escrito de su última voluntad: decidir que únicamente podían darle el último adiós las personas que habían permanecido a su lado mientras estaba viva. Para ello, anotó en su nota necrológica, publicada en el diario El Progresolos nombres y apellidos de los asistentes que solo tenían permitida la entrada a su funeral, tanatorio, iglesia y cementerio. Pero eso no es todo, la mujer puso el broche de oro a la nota lanzando un dardo a los vetados: "Al resto de gente que jamás se preocupó durante mi vida, les deseo que sigan tan lejos como estuvieron".

 

La fallecida escribió su despedida "siguiendo mis principios y mi particular manera de decir las cosas", tal y como ella misma aseguró antes de soltar la bomba. Este es un ejemplo más de que las esquelas están dejando de ser una simple nota informativa para convertirse en los mensajes de despedida del difunto, quien expresa todo lo que siente antes de irse 'al más allá' sin dejarse nada en el tintero. Por ello, intervienen tanto los reproches, sobre todo en las esquelas de los gallegos, cuya cultura siempre ha tenido una estrecha relación con la muerte.

La esquela de María Paz ha corrido como la pólvora por redes sociales, donde ha despertado reacciones contrarias. Algunos usuarios han criticado su comportamiento porque demuestra que era "una mujer infeliz, reconcorosa" y que hay que "saber perdonar", mientras que otros muchos han aplaudido a la mujer por sus palabras francas y han admirando su valentía. Eso sí, también sostienen que los puntos suspensivos al final de los nombres sobraban.

 

 

 

 

 

 

Hace unas semanas, vimos a otro gallego hacer algo parecido. Antonio Martínez Barreiro, de 92 años, decidió, al igual que María Paz, aprovechar su esquela publicada en El Faro de Vigo para arrojar una advertencia clara y contundente a sus allegados: "Hermanos y familia que no se han preocupado en todos estos años, que no se molesten en venir", rezaba la última línea.